viernes, 2 de marzo de 2007
Como hoy me he dedicado a actualizar mi perfil, he pensado, que estaría bien recomendar algún libro de estos que te marcan. Y hay uno especialmente, que me dejó asombrada. Se trata de Metafísica de los tubos de Amelie Nothomb. El título no tiene porqué tirar para atrás, se trata de un libro ameno y accesible con un arranque la mar de original.
Mezcla la visión infantil de una niña, su universo familiar y la casualidad de pasar sus primeros años de vida en Japón, es un coctel que atrae al primer sorbo. Se plantea un choque cultural muy bien sobrellevado, debido a que los japoneses tratan a las criaturas como pequeños dioses, al menos hasta los tres años. Que sirva de ejemplo un botón: "Rápidamente me di cuenta de que mi edad me confería un estatus especial. En el país del Sol Naciente, desde el nacimiento hasta el parvulario inclusive, uno es Dios... Yo era un Okosana: una honorable excelencia infantil, un señor niño".
De Nothomb podría recomendar también "Estupor y temblores". Otra gran novela... Allá el choque cultural sí que toma un relieve dramático y muestra un catálogo de pequeñas anécdotas (que pondría los pelos de punta a cualquiera) que se basarían en parte de las experiencias que tuvo que vivir en primera persona en sus años mozos en tierras niponas.
Le gustaría reencarnarse en esponja para poder absorberlo todo sin molestias, se pretende "embarazada" de sus novelas y le gustan las frutas pasadas, que la hacen vomitar (Info, extraida de la Wikipedia). Afirmaciones de Nothomb como las que siguen la hacen muy curiosa como autora, y su biografia la hace más atrayente, si cabe. Nacida en Kobe (Japón) dio muchas vueltas por el mundo, debido a la profesión de su padre, embajador de Bélgica, recalando en China, EEUU, Laos, Birmania, y Bangladesh.
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2 comentarios:
Yo compro cosas caducadas en el super chino (a 20 centimos) que es casi lo mismo que comer peras putrefactas...así que me apunto del nombre de esta escritora con la que tengo tanto en común...
Jiu!
mientras no estén verdes de moho, todo es aprovechable en esta vida!
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